En un contexto donde la visión económica de Estados Unidos muestra signos de optimismo, la inseguridad financiera entre los estadounidenses ha escalado a niveles récord, dice el estudio Planning & Progress de Northwestern Mutual 2024.
Los datos del estudio exploran las percepciones y comportamientos de los estadounidenses respecto a su seguridad financiera a largo plazo.
En ese sentido, la investigación destaca que, aunque más de la mitad de los adultos en EE.UU. anticipan una recesión para este año, este porcentaje ha disminuido significativamente en comparación con el año pasado, pasando de dos tercios a un 54%.
Este cambio sugiere una mejora en la expectativa económica general, reflejada uniformemente a través de distintas generaciones, desde la Gen Z hasta los Boomers. Sin embargo, esta visión más positiva de la economía no se traduce en una mayor seguridad financiera personal.
La encuesta indica que un tercio de los adultos estadounidenses no se siente financieramente seguro, marcando el mayor nivel de inseguridad desde que comenzó el estudio en 2009.
La llamada «fatiga de shock financiero» y una sensación de fragilidad son identificadas como factores clave detrás de este fenómeno. Según Christian Mitchell, director de clientes de Northwestern Mutual, a pesar del crecimiento económico, la constante sucesión de perturbaciones financieras ha hecho difícil para muchos estadounidenses mantener una actitud positiva hacia su seguridad financiera.
La inflación emerge como el principal factor contribuyente a esta sensación de inseguridad. Aunque las tasas de inflación han disminuido desde su pico en 2022, siguen siendo una preocupación dominante, con más de la mitad de los adultos esperando un aumento este año.
La capacidad de los ingresos familiares para superar la inflación es escasa, con solo el 9% de los encuestados indicando que sus ingresos están por encima de estas subidas. Esto coloca a la inflación muy por delante de otros obstáculos para la seguridad financiera, como la falta de ahorros o el endeudamiento.
Este panorama subraya un ciclo reactivo frente a los retos financieros, donde muchos estadounidenses se encuentran constantemente adaptándose a condiciones económicas cambiantes sin la capacidad de anticiparse o planificar adecuadamente.
La situación plantea importantes cuestiones sobre cómo se puede mejorar la resiliencia financiera de los individuos frente a un entorno económico incierto y rápidamente cambiante.
Entre los puntos que más preocupan a los estadounidenses se encuentran: la disfunción del gobierno y las elecciones presidenciales y eso los hace ser defensivos en sus inversiones.
El 42% de los adultos estadounidenses considera que 2024 es un año para priorizar inversiones defensivas con sus ahorros e inversiones frente al 29% que considera que es un año para aprovechar las oportunidades para hacer crecer sus activos; y el 29% no está seguro.
Por otro lado, la gente sigue gastando a pesar de los altos niveles de inseguridad financiera.
Muchos estadounidenses no esperan reducir en gran medida su gasto en cosas discrecionales como restaurantes, vacaciones y entretenimiento en 2024. El estudio revela que el 59% de los adultos estadounidenses afirman que gastarán lo mismo o más en estas compras con respecto al año anterior, mientras que algo menos de cuatro de cada 10 (37%) afirman que gastarán menos. Entre las generaciones, la Generación Z es la más propensa a decir que aumentará el gasto no esencial y la Generación X es la más propensa a decir que se apretará el cinturón.
Para leer el estudio completo ingrese al siguiente enlace.